martes, 13 de marzo de 2012

La cultura del cambio

Me suele pasar de expresar a personas que me importan algún cambio que quiero hacer en mi vida, casi siempre cosas que me quiten de la línea en la que uno va por la vida. Teñirme el pelo, un proyecto raro, querer comprarme algo en especial, ver un curso de "x" cosa extraña o simplemente, usar de manera diferente la ropa y, a veces, esto se me vuelve en contra. No quiere decir que lo vaya a hacer ya o que lo tenga completamente decidido, pero en cuanto la idea se planta en la cabeza, yo lo comunico. Y la gente es por demás negativa con cuestiones como éstas, que le son ajenos a ellos y que no les resultan bajo el parámetro de lo "normal". Ponen cara rara, te dicen que no les gusta y usan la frase: "Pero a MI no me gusta, si vos lo querés hacer, hacelo." La censura apareció antes de lo que te imaginás, es un mecanismo que se activa sin que te des cuenta y de repente, estás censurando sin acto consciente previo. Encima intentan creerse open-minded con la justificación de que no lo haría pero que el resto es libre de hacerlo. Mejor sería pensar que, en ese momento, no tenés la necesidad de hacer eso, no estás propenso a un cambio, no te gusta ahora y que, en un futuro, podrían aparecerte las ganas. He escuchado a muchas personas poner en duda teñirse el pelo o hacerse un tatuaje (para ilustrar un ejemplo sencillo) y que años después, quieran hacerlo. La gente cambia, yo eso lo entiendo pero el que lo tiene que entender mejor es aquel que cambia. Sino pasa desapercibido y las personas siguen hundiéndose en su cotidianidad. La cultura del cambio está alimentada por la sensación de que no hay límites. No hay nada que romper solamente es andar el camino hasta lo más profundo que se quiera.

No hay comentarios: